jueves, 10 de diciembre de 2009

Por qué ‘Yo’ voy a votar por ME-O

La oportunidad de una nueva forma de hacer política.*

Álvaro Escobar junto a Marco Enríquez-Ominami, el atrevido inicio de una candidatura presidencial independiente.

Veamos… Diciembre 2002, Centro de Estudio Públicos (CEP) “Estudio Nacional de Opinión Pública”: Las instituciones que reciben un mayor nivel de confianza son las Universidades, la Iglesia, los Carabineros, y las Fuerzas Armadas. Las que reciben menos confianza son los Tribunales de Justicia, los Sindicatos, el Congreso, y los Partidos Políticos. […] Abril 2004, Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC) “La Confianza en las Personas, las Instituciones, y las Elites”: La policía uniformada subió hasta 54% su nivel de confianza, le siguen la Televisión con 52%, la Radio 50%, Banco Central e Iglesia Católica con 48%. -tras varias otras instituciones- Los partidos políticos apenas llegan a un 9% de confianza, cerrando la lista de instituciones incluidas, con un alza de 3 puntos con respecto de Abril de 2003. […] Agosto 2005, CERC “Confianza en Instituciones”: El siguiente es el resultado de nivel de confianza en orden decreciente. Radios 61%, Iglesia Católica 57%, Carabineros de Chile 54%, Banco Central 47%, Televisión 46%, Marina 43%, -y tras cinco otras instituciones- Poder Judicial 20%, Cámara de Diputados 18%, Partidos Políticos 9%. […] Noviembre 2009, Periodismo Univ. Diego Portales & Feedback “Confianza de las Personas en diversas Instituciones”: Sobre la confianza el resultado le dio a Bomberos 82%, Carabineros 52%, Militares 43%, Sacerdotes 26%, Detectives 21%, Jueces 16%, Empresarios 10%, Dirigentes Sindicales 6%, y Dirigentes Políticos 2%. ¿Alguien nota alguna tendencia obvia? -y por favor, no se dejen influenciar por las negritas-.

La presidenta Bachelet flanqueada por los presidentes de los principales partidos políticos -PC, RN, DC, UDI, PPD, y PS- además de algunos de sus ministros; todos unidos frente a la demanda marítima de Perú en Marzo del 2009.

De Marco Enríquez-Ominami -ME-O de aquí en más- se dice que no puede gobernar un proyecto tan “personalista” como el suyo, que le falta “trabajo en equipo”, que sin el respaldo de los partidos políticos su gobierno carecería de solidez, que su proyecto es individualista, y que sin apoyo en el parlamento no podría gobernar; tendría necesariamente que hacer “negociaciones políticas”, ceder en algo para llevar adelante sus proyectos.

Y para este último punto hago una pausa, porque en él se deja ver casi sin sutileza el enfermizo comportamiento de la política tradicional. Lo que se le crítica a ME-O es que casi sin presencia de parlamentarios que compartan a priori con él una adscripción partidaria no va a poder lograr los votos necesarios para la aprobación de sus proyectos como gobierno. Con ambas cámaras dominadas por sus opositores un gobierno como el de ME-O se vería obligado a “negociar”; tranzando en todos sus proyectos o por lo menos entregando algo a cambio. Y esta idea la repiten, en los más diversos tonos, tanto periodistas, analistas políticos, y detractores -que en el caso de los últimos se convierte casi en una amenaza mafiosa del tipo “no te vamos a dejar gobernar”-. ¡¿Aló?! Yo creo que la mayoría de los ciudadanos, que de alguna u otra forma desconfiamos de la política -como lo muestran las cifras iniciales-, no tenemos nada de que sorprendernos. Pero aún así me parece que hay que ser bastante caradura para plantearlo tan abiertamente y quedarse tan tranquilo. Primero, se está diciendo que sin importar la legitimidad con que fue elegido, o la importancia -incluso justicia- del proyecto, si el presidente de turno no es “uno de ellos” simplemente no lo van a dejar gobernar; o por lo menos no con tranquilidad. Segundo, se está diciendo que lo que se juega al momento de legislar en el parlamento no es el bien de la nación, sino una negociación de intereses partidarios. En donde más importante que la urgencia de la ley para la ciudadanía es la lucha de poderes entre bandos políticos; entre oficialismo y oposición, en donde la oposición no se dedica a “colaborar” con el gobierno para el bien de los chilenos sino que se dedica a entorpecer la labor del gobierno “para bien de todos los chilenos” -acusación que no apunta a la derecha con exclusividad, hablo de la oposición de turno ejemplos de ello pueden encontrarse a nivel municipal- ¿Llegaremos a ver algún día una oposición que sea colaborativa o un oficialismo que convoque las mejores intenciones vengan de donde vengan?.

O sea, que todo es una mugre -adjetivo que puede ser reemplazado a preferencia del lector según su grado de indignación-, pero a pesar de constatarlo ya están todos tan acostumbrados que lo asumen, no lo critican… ni buscan cambiarlo.

Desde mi visión personal, todas las críticas que se hacen sobre gobernabilidad a la campaña de ME-O señalan exactamente lo que más me atrae de ella: Es la oportunidad de empezar a hacer las cosas de manera distinta, es la oportunidad de alejarse de los vicios de la política tradicional -esa que mantiene alejada a la gran mayoría de la ciudadanía de la política-. ME-O es un candidato independiente no porque carezca de ideales políticos, no porque no tenga convicciones, no porque sea un desafectado o pretenda borrar su pasado como militante. Es independiente porque está ajeno a la influencia de las grandes coaliciones políticas de nuestro país. Por favor… eso no es una falencia, eso es un mérito.

ME-O fue capaz de convocar a más de 36.000 personas hasta una Notaria a que firmaran el documento que le permitiera presentarse como candidato, o sea, logró que todas esas personas se interesaran de manera independiente en la intensión de levantar una candidatura de las mismas características. ¿Cómo se inscriben los partidos tradicionales? ¿Alguien tiene que ir a la notaria? Quizá algunos abogados… porque ellos conservan apiladas las firmas de sus militantes las que de antemano respaldarán la candidatura que se levante desde la cúpula de sus coaliciones.

En los partidos políticos se han dedicado a tejer una amplia red de clientelismos y favores en donde los miembros socios del partido además de compartir una mirada política -o eso se supone, porque para muchos miembros eso definitivamente es lo de menos- reciben los beneficios por pertenencia a la asociación; beneficios que se incrementan mientras mayor sea el poder político concentrado en ella. Estos beneficios van más allá de la infinita asignación de cargos de origen público o el apoyo para obtenerlos, es el acceso a una poderosa red de contactos que se encarga de favorecer a los suyos en todos los ámbitos en donde sus miembros pueden ejercer influencia.

En cambio, a quienes nos dimos el tiempo de ir a firmar por ME-O ¿Qué nos une?... ¿Qué todos somos solo ciudadanos independientes? ¿Qué queremos que esto cambie? ¿Qué tenemos un interés en el bien común y no solo por ‘mi bien’ o el bien de ‘los míos’? …con orgullo.

Anhelo un gobierno en donde todos los cargos, en las más diversas áreas de la nación, no caigan designados por el tradicional cuoteo político. Acaso no es cómico como los ministros se pasean de un ministerio a otro con la facilidad que solo su estatus político les puede asegurar. Eruditos en múltiples materias, pueden un día ser la vocería de gobierno para al siguiente encabezar el ministerio de defensa, dirigir a la salud para luego comandar la educación, las obras públicas, las relaciones exteriores, luego una subsecretaría… y si alguien se cansa se puede ir a pasear como diplomático, da lo mismo. Y no es solo la vergüenza de que esto suceda, sino que para cada uno de esos cargos hay gente mucho mejor preparada, gente que se ha pasado años siguiendo el tema, años trabajando en el tema, años investigando, años que no interesan si tu afiliación política no es la correcta… su preparación no vale nada. ME-O no le debe favores políticos a nadie, no tiene a un ejército de parásitos tras de él esperando por su nueva asignación. ME-O tiene la oportunidad de convocar a los mejores en todos los ámbitos, ciudadanos independientes que puedan tomar decisiones libres de influencia política; pensando solamente en el bien de la nación.

Cuando son muchos los que están cansados de ver esto lamentablemente no son muchos los que creen poder hacer algo para cambiarlo. ¡Hey! Aquí esta nuestra oportunidad.

Muchos están tan acostumbrados a este funcionamiento que aunque les desagrade son incapaces de plantearse seriamente que alguien ajeno a este ‘círculo de política’ pueda realizar la labor. Se puede. Con ME-O han surgido otros que desde la política tradicional se han hastiado de su funcionamiento corrupto -como Álvaro Escobar, que siendo un tipo honesto e idealista tuvo que soportar el mediocre funcionamiento de nuestro parlamento-. Esta es gente que sí conoce el negocio, que sí conoce el funcionamiento de la administración política, que sí han estado participando de esa maquinaria pero que se aburrieron. Tener ese conocimiento no es un pecado, siempre es necesario “conocer el negocio” al momento de iniciar cualquier empresa, sería pecado si teniendo ese conocimiento no intentaran hacer algo por mejorarlo, si solo se dedicaran a beneficiarse del movimiento decadente de la política… entonces serían pecadores.

Si la “nueva mayoría” iniciada por ME-O en esta campaña logra un triunfo -ese que hace unos meses casi nadie se planteaba con seriedad, yo tampoco aunque fui a firmar- o, por lo menos, logra una trascendencia debe saber mantenerse alejada de la política tradicional, debe alejarse del modelo creado por los partidos políticos con un ejército de militantes, debe seguir siendo un movimiento ciudadano independiente con fines políticos, abierto a la ciudadanía, transparente, que convoque a los mejores, con la única finalidad del bien común de todos -tal cual lo hizo para reunir firmas-. Ser de todos, que conserve un núcleo coordinativo, pero que no se extienda para ser hogar de oportunistas políticos. Y aún así deberá cuidarse, porque a los acaparadores –esa tropa de parásitos- ni siquiera hay que ir a buscarlos, ellos llegarán pronto a tocar la puerta, a mostrarse interesados; tengan cuidado.

Si alguien me quiere acusar de idealista, adelante porque lo soy. Nadie puede acusarme de conformista. Esta es una gran oportunidad, puede funcionar, y no la quiero dejar pasar. ¿Hasta cuando los dejaremos seguir? ME-O no es una persona particularmente excepcional, sus circunstancias son excepcionales. La oportunidad es excepcional. Entiendan que es de nuestra responsabilidad hacer algo al respecto.

Elecciones Presidenciales 2009: Marco Enríquez-Ominami Gumucio 1.396.655 votos que constituyen el 20,13% de las preferencias. Un mérito independiente.


* Link relacionado:

sábado, 19 de septiembre de 2009

Zeitgeist

Capítulo Uno: Concepto y relevancia.

Zeitgeist, the movie.

“Zeitgeist” es una palabra de origen alemán que se puede traducir como ‘él espíritu de una época’ -Zeit: época, tiempo, o era y Geist: espíritu-. Fue utilizada para titular un documental que en lo central denuncia el montaje del Septiembre 11 en New York (09/11/01) por parte del gobierno americano -el oficial y el del establishment político-económico que lo sostiene-. Junto con ello delata una larga cadena de acciones similares que se habrían iniciado en 1907, y que sistemáticamente han desarrollado un núcleo de influyentes y acaudaladas familias americanas. El documental, que está muy bien logrado en ritmo, edición, e investigación, impacta al público que esté interesado en el tema -y con esto no me refiero a personas vinculadas a movimientos de política extrema- aunque en el mediano a largo plazo la fuerza de sus acusaciones parece ser absorbida dentro de los espectadores hacia comentarios más decaídos; como un “¿Será posible?”, un “No puede ser”, o un “Es bueno estar bien informado, pero luego uno tiene que saber sacar sus propias conclusiones; y no creer todo lo que se dice” -por cierto, la mejor opción dentro de estas "reacciones decantadas"-.

¿Por qué sucede esto? ¿Dónde se absorbe la fuerza de estas denuncias? La respuesta -creo- puede estar señalada en el mismo título del documental que me motiva a escribir. Es muy difícil abandonar nuestro ‘Zeitgeist’, o tan solo dudar de él -y mucho más fácil cuestionar o encontrar absurdas las acciones y hechos de otras épocas-. El Zeitgeist -el espíritu de una época- corresponde a un núcleo de valores últimos que dan sentido a los hechos de una época; motivando el desarrollo de las acciones que se correspondan con ese núcleo de valores vigentes.

Primer Ejemplo: Gladiadores romanos combatían hasta la muerte para la diversión del pueblo (S. III-I aC).

Para quienes tengan conocimientos en Ciencias Sociales, me atrevo a plantear que el concepto de ‘Zeitgeist’ combina algunas de las características que poseen las nociones de ‘Consciencia Colectiva’ y ‘Mundo de la Vida’ -a las que agrega la novedad de su especificidad espacial-. Lo primero es reconocer su carácter compartido. Como la ‘Consciencia Colectiva’, el Zeitgeist actúa ampliamente sobre los miembros de una comunidad; interactuando simultáneamente con la subjetividad de todos sus actores. Sin estar claramente definido a los ojos de sus contemporáneos el Zeitgeist puede llegar a lograr total identificación con los valores que se alojan en la consciencia individual de los actores; quienes a pesar de actuar motivados, e interpretar o dar sentido de acuerdo a él, difícilmente podrían llegar a nombrarlo. El Zeitgeist no es un atributo personal, aunque se refleje al interior de los individuos, sino que es atributo propio de una época. Como lo hace el ‘Mundo de la Vida’, es un antecedente aproblemático que evoluciona dentro del sistema social y que los hombres usan íntimamente al relacionarse con él. Como un niño que aprende a hablar, así los hombres conocen el Zeitgeist que servirá como guía de sentido primario a las acciones de una época. Este les permitirá desenvolverse con naturalidad en el espacio que habitan, su aceptación incuestionable como el de una naturaleza primaria dará sustento a la realidad; afirmando y motivando nuestras experiencias -lo aproblemático funciona, siempre hay un antecedente aproblemático que permite hacer surgir el mundo. Si toda realidad fuera problemática no podríamos actuar. Toda realidad requiere de un sustento primario aproblemático; tal y como funciona la fe religiosa al sostener un universo de creencias. Los niños, por ejemplo, no cuestionan las palabras que escuchan, solo las repiten, y por eso aprenden a comunicarse-.

Segundo Ejemplo: La Inquisición se dedicó a castigar las herejías en contra de la Iglesia (S. XII-XVII).

Pero a diferencia del ‘Mundo de la Vida’, el Zeitgeist no es solo un trasfondo que se da por sentado, sino que es además un trasfondo motivador que orienta las posibilidades de acción al delimitar un mundo de posibilidades cargadas de sentido. Nos empuja en una dirección, señala un mundo de lo posible que además tiene valoradas esas posibilidades; es un concepto activo. El concepto de ‘Zeitgeist’ agrega valor a la definición de la realidad social que intenta señalar gracias a la temporalidad que propone por tratarse de un concepto que esta espacialmente situado. Zeitgeist es el espíritu de ‘una’ época, y no de ‘la’ época -en un sentido ontológico- o de ‘las’ épocas -sin ninguna especificidad-; y por lo tanto sitúa a su contenido, al contenido del Zeitgeist al que se haga referencia, tanto histórica como geográficamente. Zeitgeist es un concepto ‘Espacialmente Situado’, y ahí reside -creo yo- su mayor novedad. El contenido del Zeitgeist no es permanente por sí mismo, sino que esta inseparablemente vinculado a su espacio, posee vigencia -es temporal, cambiante, en evolución-. A cada momento y a cada lugar, a cada época, su espíritu la acompaña. El Zeitgeist que nos toca vivir es nuestro hogar histórico, o más bien nuestro hogar espacial -entendiendo espacial, o espacio, como ‘espacio-tiempo’-, son las creencias compartidas que le dan sentido a nuestros días. Lo que no significa -insisto- que sean realidades o verdades absolutas; y tampoco que sean transparentes en sus usos e intensiones frente a los miembros de la comunidad.

Tercer Ejemplo: Trabajo infantil en plena Revolución Industrial (S.XIX).

De esto resulta que sea muy difícil cuestionar a nuestro propio Zeitgeist. Cuestionarlo es cuestionar la validez de nuestras propias acciones. Es muy difícil apreciar -y más aún luego aceptar- que en el nombre de nuestros valores se estén cometiendo las barbaridades más opuestas a su signo visible. La legitimidad simbólica del Zeitgeist frente a la comunidad que lo vive está en que su contenido visible es públicamente planteado como un bien último, digno de respetarse y absurdo de ser contradicho -de ahí que resulte una óptima justificación de nuestras miserias cuando éstas logran alinearse con las creencias de nuestra época-. Actuar a favor de nuestro Zeitgeist no es solo posible sino que es deseable; es deseable actuar en concordancia con nuestra época.

Cuando cualquiera de nosotros quiera buscar la verdad sobre el lado más infame de nuestra historia, él que sea capaz de soportar aún el peso de la mayoría y cuestionarse lo que otros se prohíben pensar, él que haya sido capaz de ver las miserias de otras épocas y entender que esa gente creía en lo que hacían, que no lo hacían por maldad, sino que por similar convicción a la que se vive en nuestros días. Éste podría voltear y mirar el rostro de su época. Para quien habita su época, y da sentido de acuerdo a su Zeitgeist, durante la interpretación de sus días creerá que de él son parte sólo los valores últimos, positivos y deseables; que de él no es fruto la maldad, lo negativo, y lo indeseable. Normalmente, se interpreta que sobre “la cosas malas” hay dos opciones: o fueron realizadas por desviados, ajenos al Zeitgeist -o sea marginales-, o bien que era necesario, por lo que su maldad inmediata es trascendida hacía un bien último logrando justificación. Entonces volteamos la cara a la miseria de nuestra época y actuamos manteniendo los ojos en nuestro Zeitgeist que sabemos -o creemos- es bueno.

Cuarto Ejemplo: Masacre de Katyn en Polonia. Ejecutada por la Unión Soviética (1940).

Es necesario estar preparado para observar que los mismos valores que hemos vivido y defendido son los que han dado posibilidad a nuestras mayores vergüenzas. Y que muchas -o todas- nuestras acciones, mientras que alineadas con el Zeitgeist, han favorecido que tanta infamia suceda. Que tenemos una responsabilidad sobre aquello, de lo que por vergüenza, no queremos ser responsables y preferimos no ver. Preferimos -o fingimos- no ver que somos capaces de tanta miseria. Cuando sabemos, históricamente, que sí lo somos.

Quinto Ejemplo: Desplazados por guerras civiles viven el en campamentos de África (Hoy). Estos han sido cinco ejemplos históricos, solo cinco, que pretenden señalar el lado más vergonzoso de nuestra historia. Podrían ser muchos más.

Imágenes desde: (1) United Airlines 175. Torre Sur 9:03 am. / (2) La guerra contra ti. Blog del DoctorSito.

jueves, 18 de junio de 2009

Sobre la Inteligencia

De la Inteligencia-Artificial a la Inteligencia

Muchas veces he oído que a algunas personas se las llama “Inteligentes”. Lo que me sucede inmediatamente después de oír esta calificación es juzgar que en la mayoría de los casos -según mis propios criterios- los receptores del adjetivo están lejos de merecerlo -y que varios de ellos serian mejores candidatos al adjetivo contrario-. Entiendo que en su uso cotidiano la palabra “Inteligencia” no esté realizando un juicio serio sino que sólo busque generar empatía y aprobación. Pero entonces, ¿Por qué se usa “seriamente” la categoría de inteligencia?, o ¿Por qué debería usarse?, ¿Qué es lo que ‘Yo’ espero señalar con esta calificación?

Accidentalmente -y teniendo en referencia lo anterior- topé con la noción de “Inteligencia Artificial”; un concepto que entrelaza computación, robótica, y ciencia ficción. ¿Cuándo, con propiedad, podría la Inteligencia Artificial dejar atrás sus orígenes de ciencia ficción y convertirse en un logro tecnológico real? ¿Cuándo podríamos juzgarnos capaces de haber “fabricado” una característica que sentimos tan propia y/o natural como la Inteligencia?


Deep Blue 2, mejor jugador de ajedrez que cualquier hombre.

Las primeras apariciones robóticas con seguridad no poseen inteligencia, no pasan de ser extensiones mecánicas para el trabajo del hombre. El gran salto surge con la aparición de la computación durante el último medio siglo. Microprocesadores capaces de interpretar infinitos bits como múltiples formas de información y herramientas software -algo que por cierto me intriga y que quisiera conocer mucho mejor: ¿En que momento, y cómo, una larga cadena de ceros y unos puede transformarse en múltiples formas de información capaz de ser almacenada, procesada, y recuperada?-. La computación avanzó hasta ser capaz de procesar una enorme cantidad de información; más de la puede recordar y/o procesar un hombre en toda su vida, realizar cálculos casi instantáneos; mayores a los que cualquier hombre puede realizar, y cumplir una infinidad de tareas; muchas de las cuales somos incapaces de llevar a cabo. Pero ¿Hemos dado a luz a la Inteligencia Artificial?... Creo que todavía no se podría decir eso ¿Qué le hace falta a la más alta tecnología, pese a que nos supera de varias formas, para llegar a ser 'Inteligente'? A grandes rasgos -creo- le hace falta ser capaz de romper sus propios límites. Ser capaz de evolucionar por si misma; le falta autonomía. Ya que aún la evolución de la robótica sigue dependiendo de “nuestra Inteligencia”; la de los hombres.


Aún la más avanzada tecnología computacional se encuentra limitada a ciertas labores, y solo a ellas; no puede superar sus funciones programadas. Solo se limita a recibir información, o a solicitar la que a priori puede interpretar. Frente una nueva forma de información las computadoras no reaccionan de manera evolutiva, no hay una reacción a lo desconocido sino solo un desconocimiento a lo nuevo; un mensaje de error: “Archivo Desconocido”. Y nada las mueve a buscar algo distinto, es pura aceptación de sí misma y de su entorno; incapacidad de crítica. Un primer aspecto aleja a la computación de la anhelada Inteligencia Artificial: carece de preguntas, carece de la libertad de buscar.

Lo segundo es que las maquinas son incapaces de aprender. No se apropian del conocimiento, solo lo reiteran -y eso hace que lo que posean solo sea información y nunca conocimiento-, ejecutan el programa siempre de la misma manera en su forma y contenido; otra, y otra vez, siempre igual, las herramientas del programa son limitadas y aisladas entre si. No pueden aplicarse varios programas, en los que cada uno aporte cosas distintas, sobre un solo archivo de terminación especificada. Las posibilidades que una maquina tiene de ocupar sus conocimientos son absolutamente estáticas y reiterativas. Cuando se aprende algo nuevo, cuando realmente se entiende, esto que es “lo nuevo” pasa a formar parte de nosotros mismos y lo podremos utilizar tan pronto como lo necesitemos en las más variadas circunstancias y sobre los más variados contenidos -quien aprende también puede explicar con variedad; y no solo repetir-. En las maquina solo hay acumulación aislada de la información; estas no pueden interactuar entre si, ni combinarse oportunamente -la maquina no ‘sabe’, solo repite-.

Finalmente, al no poder preguntar ni aprender todo esfuerzo tecnológico esta privado de la capacidad última de 'Crear'. Esto equivaldría a computadoras capaces de autoprogramarse en un sentido útil. Que ellas mismas crearan nuevos programas, nuevos archivos con una extensión propia, y un fin distinto a lo conocido. La demostración de poseer ‘criticidad y búsqueda’ junto con la capacidad de aprender es el logro del movimiento que les sigue: la creación. El que busca, el que pregunta, el que critica -el que no se conforma- siendo capaz de aprender, de apropiarse íntimamente del conocimiento haciéndolo parte de si mismo -incorporándolo-, puede dar un nuevo paso y avanzar. Puede hacer evolucionar ese conocimiento, puede crear algo nuevo.


Para hablar de Inteligencia Artificial las computadoras tendrían que lograr estas virtudes. Maquinas capaces de buscar información desconocida, interesarse en ella, aprender, lograr incorporar toda la información convirtiéndola en conocimiento, aunar toda la información y herramientas que las alimentan superando las rigideces internas que las limitan antes de iniciar cualquier intento. Que lograran cosas nuevas por si mismas, avances ajenos a la mano del hombre. Esta sería Inteligencia Artificial, y sería artificial porque en sus orígenes habría nacido de la mano del hombre, no por que se distancie de la inteligencia.

Tras estas ideas sobre Inteligencia Artificial, vi que esto era lo que yo llamaba “Inteligencia”. Y que a tal definición correspondían aquellos a los que yo llamo inteligentes. No puedo considerar inteligentes a quienes no son capaces de preguntar y cuestionare por lo que los rodea. Quienes simplemente aceptan todo lo que los rodea como una realidad segura y única están lejos de la inteligencia. Ella alberga una inquietud propia del preguntar, la que -tal y como los niños realizan de manera instintiva- es la que nos permite conocer el mundo -o nuevos mundos-.

Tampoco son inteligentes quienes solo repiten mecánicamente tareas previamente ordenadas y especificadas. Y aunque esta habilidad técnica pueda llegar a ser desarrollada con alto profesionalismo, ella no alberga inteligencia. La inteligencia como aprendizaje se refleja en la variedad con que se aplica; variedad de información y habilidades ejecutadas simultáneamente, variedad de objetivos a ser desarrollados.

Por último. Habiendo ya demostrado su capacidad de aprendizaje y cuestionamiento ‘el inteligente’ estará llamado a dar un paso más, que para él resultará natural. Se realizará en el momento de la creación. Dará a luz algo nuevo, algo que en ninguna parte está -o vio- escrito, algo que nadie le enseño. Por si mismo creará algo nuevo.

No es inteligente él que sólo procesa información, lo es él que busca. No es tan solo quien repite; es el que aprende. Y no es el que se conforma con eso, no es el de la quietud, es quien permanece en movimiento. El que es capaz de algo nuevo, el original, el creativo, el que da un salto. Quien aprende y además posee la noble capacidad crítica -hija de la observación y hermana de la sospecha (permítanme la metáfora)-, éste que permanece en movimiento, además “Crea”.

El inteligente es aquel quien crea nuevo conocimiento. Y la inteligencia que se expresa en él, es la capacidad para hacerlo. Buscar, aprender, y crear. Quienes reúnen tales momentos, estas notables personas -considero yo- son los Inteligentes.


Francisco Varela, un ejemplo de entre quienes merecen el adjetivo.


Imágenes desde: (1) Nobel Price / (2) "Asimo" by Honda / (3) "Sonny" en "I, Robot" Fox Movies [2004].

jueves, 16 de abril de 2009

La Muerte

Capítulo primero:

Tenía aproximadamente 6 años cuando supe -o más bien cuando me dí cuenta- que iba a morir. Recuerdo un par de frases “¿Sabes porque los bebes lloran al nacer?... Es porque saben que van a morir” esta frase es por supuesto solo un dicho popular, lo importante es lo que intenta señalar. O esta otra “Uno deja de ser niño cuando sabe que va a morir” no estoy seguro de la literalidad de esta segunda frase pero sí recuerdo donde la oí -fue en una película- pero otra vez lo importante es la idea que hay detrás. 'Saber' -si se puede aislar el intenso significado de esta la palabra-, saber que morir es inevitable -y que la incertidumbre de la muerte es un estado permanente- tiene un peso tan absoluto que puede resultar difícil de sobrellevar, particularmente para un niño. Aunque personalmente término siendo, en mí, una condición para poder estar vivo.



Pero la originalidad de mis pensamientos infantiles nunca fue total. Ya sea morir, como ese instante en que termina lo que llamamos vida, o la muerte, como aquel estado permanente que precede a ese instante, estas son situaciones mencionadas y elaboradas por “los hombres” desde antes que los mismos fueran capaces de adjudicarse tal título.

Y aunque hay algunas versiones que son más optimistas -pese a que no se trate de un optimismo que me pudiera hacer sentir orgulloso- en las que se propone vida más allá de la vida, o el retorno reencarnado a esta misma vida. Para mí -de forma muy espontánea- estas no resultaron muy convincentes.

Recuerdo lo que era antes de nacer… simplemente no existía, y no existía porque no estaba vivo. Y me resultó así obvio lo que voy a ser después de morir: nada, simplemente no voy a existir porque no voy a estar vivo. Honestamente el peso de mis propias conclusiones resultó en principio tan inevitable como insoportable -pero desde eso ya ha pasado bastante tiempo-.

¿Por qué deberíamos tener más que nuestra propia vida? Por favor… ¿Por qué no va a ser suficiente? El valor de la propia vida se juega aquí, ahora, en cada instante del estar vivo; y esta es una responsabilidad que hay que saber ejercer. Quien no es capaz de tomarlo en esta vida ¿Para que quiere otra vida? -¿Para esperar una tercera oportunidad?-. El valor de la vida se toma viviendo, no antes, no después.

Rehuir a la muerte -concluí- es la forma usual de rehuir a la vida. Porque si se puede acusar a muchos de no querer morir, estos mismos son culpables de no querer vivir. Vida y muerte no son dos extremos contrapuestos, son una sola cosa erróneamente mencionada con dos nombres. Si se vuelven a unir -confío- se puede llegar a reconocer lo que es: que estamos ‘viviendo’, y que ésa es la base de nuestra única existencia. Una vida digna de ser vivida sin especulaciones sobre territorios que no le pertenecen -ni antes, ni después-. Saber morir resultó saber estar vivo.



Imágenes desde: (1) y (5) "El Principito" / (2) "El gesto de la muerte" / (3) "Ascensión" de Rembrandt / (4) Van Gogh.